Debes saber que el tiempo que dejas entre comidas puede ser un gran aliado para tu sistema inmunológico.
El ayuno intermitente aumenta la autofagia, es decir, el reciclaje celular. De esta forma disminuye la inflamación en nuestro cuerpo, permitiendo que el sistema inmune gaste sus recursos de manera más eficiente en la lucha contra cualquier enfermedad.
¿Qué periodo de tiempo desencadena esta señal en nuestro cuerpo?
Hay dos maneras de hacer ayuno.
La menos restrictiva y fácil de llevar, consiste en ajustar las comidas en ventanas de 6 u 8 horas. Por ejemplo, de 8h a 14h o de 14h a 21h.
Otra manera más exigente y que no recomiendo para los que se inician, es hacer un ayuno de 12 horas sin comer. Por ejemplo, de cena a desayuno (21h a 9h). Personalmente, esta opción sólo la realizo los días en que sé que no tengo que madrugar o no voy a entrenar de una manera muy exigente, como algunos sábados o domingos.
Para integrar el ayuno intermitente en tu vida, lo ideal es hacerlo gradualmente para aclimatarse y no tener ataques de hambre. Si tu objetivo es lograr una ventana de 6 u 8h lo que puedes hacer es comer al comienzo, en medio y al final de la ventana.
Las comidas tienen que ser ricas en nutrientes y especialmente en proteínas. Recuerda que es importante mantener una buena hidratación. Beber agua, café, té o infusiones sin edulcorar no romperán tu ayuno.
Comienza de manera progresiva, ajústate a tus horarios y si aún así no eres muy constante, intenta hacerlo al menos una vez al mes.
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